El 29 de abril en el estado Cojedes, el defensor de los derechos humanos y director ejecutivo para Venezuela, Gabriel Aranguren denunció que el Hospital «Joaquina de Rotondaro», ubicado en el municipio Tinaquillo, se encuentra totalmente deteriorado, en medio de la grave crisis de salud, producto de la pandemia del Covid-19 y la Emergencia Humanitaria Compleja.
Explicó que las habitaciones del nosocomio están en ruinas, ante la falta de mantenimiento y camas para la atención de los pacientes. Detalló que los baños están sin el servicio de agua potable adecuado, por lo que los ciudadanos se le dificulta ejercer el aseo personal. Acotó que los inodoros están sucios y la gran cantidad de filtraciones que existen afectan la ubicación de las camas existentes.
Aunado a eso, Gabriel Aranguren comenta que el centro no cuenta con ascensor, por los que camilleros y familiares tienen que trasladar a los enfermos «en brazos de amigos» y por las escaleras. «A esto se le agrega la escasez de insumos médicos, medicinas y la falta de personal médico que se encargue de atender las emergencias», aseveró.
Aranguren, exigió al Gobierno regional, específicamente a la Dirección de Salud, tomar en cuenta y solucionar las problemáticas que afecta al citado centro médico, que es uno de los más representativos de la entidad.
Recordó que en el año 2015, el Estado aprobó recursos económicos que eran dirigidos a la remodelación y embellecimiento del hospital, pero producto de la corrupción esa obra nunca fue ejecutada y se desconoce a donde fue a dar el dinero. También agregó que, para ese año, al hospital le entregaron cinco ambulancias, de las cuales una sola está operativa y esa no es suficiente para atender todas las emergencias que ocurran en la zona.