Gabriel Aranguren, director ejecutivo del Centro de Acción y Defensa por los Derechos Humanos (Cadef), indicó que luego de 2 años del «secuestro del diputado Juan Requesens por el régimen venezolano», ratifica el compromiso de luchar por la libertad, la paz, la democracia y el Estado de Derecho en Venezuela, además de resaltar el alto costo que han pagado muchos jóvenes en defensa de sus ideales, muchos sufren del ingrato exilio, y otros han brindado su vida, como Neomar Lander.
Destacó Aranguren el llamado a los jóvenes cojedeños y de todo el país, para seguir firmes y con la moral en alto, portando las banderas de los principios humanistas que caracteriza a la juventud venezolana, «hasta derribar ese muro de Berlin en América Latina».
Dijo que la lucha del diputado Juan Requesens y Nomar Lander, debe fortalecer la esperanza activa de una Venezuela donde reine la justicia y la prosperidad para todos por igual.
Como jóvenes venezolanos, «tenemos nuestro propio testimonio en la defensa de los derechos humanos y la lucha ante la crueldad del régimen».
Relató el defensor de los Derechos Humanos, que tuvo la oportunidad de conocer la historia del cardenal Korec. Comenta que este personaje a los 27 años fue nombrado secretamente Obispo en Eslovaquia, allí se dedicó a trabajar clandestinamente con los obreros en fábricas, mostrando los caminos de la libertad en tiempos adversos para el catolicismo. La lucha del cardenal Korec, generó una enorme manifestación de jóvenes, que término en su encarcelación y posterior tortura por parte de funcionarios de seguridad, a quienes el joven sacerdote le dijo: «Yo soy libre, ustedes son los que son esclavos». Y un policía le respondió: «Yo lo envidio a usted, a mí no me gusta mi vida».
Requesens como muchos jóvenes venezolanos están presos físicamente, pero gozando de libertad de conciencia, mientras que sus captores están condenados a pagar los abusos cometidos una vez retorne la democracia, remató Gabriel Aranguren.
Reporta Raúl Castellanos Latouche